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Los quesos más famosos del mundo y su origen

El queso no es solo un alimento; es cultura, historia y pasión. Desde las cuevas donde maduran los azules franceses hasta los campos manchegos donde se produce el queso español más internacional, cada variedad lleva consigo siglos de tradición. Su sabor cuenta la historia de los pueblos que lo elaboran y refleja el clima, la geografía y el ingenio humano.

A continuación, viajaremos por los rincones del mundo para descubrir los quesos más famosos, sus orígenes y lo que los hace únicos.


1. Queso Manchego (España)

El queso manchego es, sin duda, uno de los emblemas de España. Originario de la región de La Mancha, se elabora exclusivamente con leche de oveja manchega. Su corteza marcada con el tradicional dibujo de pleita y su interior firme lo convierten en un clásico internacional.

Se puede encontrar en tres versiones: semicurado, curado y viejo. El manchego viejo, con más de un año de maduración, ofrece un sabor intenso y ligeramente picante. Es ideal para degustar con vino tinto, higos secos o un buen jamón ibérico.


2. Parmigiano Reggiano (Italia)

Conocido como el “Rey de los Quesos”, el Parmigiano Reggiano es un producto italiano protegido por Denominación de Origen. Su elaboración está limitada a las regiones de Parma, Reggio Emilia, Módena y algunas zonas de Bolonia y Mantua.

Se trata de un queso duro, de textura granulosa y sabor profundo. Se madura durante un mínimo de 12 meses, aunque los más apreciados superan los 36. Es imprescindible en la cocina italiana: rallado sobre pastas, en risottos o en lascas con un chorrito de aceite de oliva.


3. Brie (Francia)

El Brie es el “rey de los quesos blandos” franceses. Su nombre proviene de la región de Brie, cerca de París. Se elabora con leche de vaca y se caracteriza por su corteza blanca y aterciopelada de moho comestible.

Su interior es suave, cremoso y ligeramente afrutado. Es perfecto para servir en una tabla de quesos acompañado de pan fresco y vino blanco seco. Aunque existen muchas variantes, el Brie de Meaux y el Brie de Melun son los más prestigiosos y cuentan con Denominación de Origen.


4. Roquefort (Francia)

El Roquefort es uno de los quesos azules más famosos del planeta. Se produce en el sur de Francia a partir de leche de oveja y madura en cuevas naturales del pueblo de Roquefort-sur-Soulzon.

Su sabor es intenso, salado y ligeramente picante. El moho azul que lo recorre es el responsable de su aspecto marmoleado y de su personalidad inconfundible. Se suele disfrutar con pan rústico, nueces y vino dulce como el Sauternes.


5. Cheddar (Inglaterra)

El Cheddar es el queso inglés por excelencia. Nació en el pueblo de Cheddar, en Somerset, pero hoy en día se produce en muchos lugares del mundo.

Su color anaranjado característico se debe a la adición de achiote, aunque no todos los cheddar lo incluyen. Dependiendo de su maduración, puede ser suave, medio o extra maduro, con sabores que van desde lo cremoso hasta lo potente y quebradizo. Es un queso muy versátil, usado en sándwiches, hamburguesas y salsas.


6. Gouda (Países Bajos)

El Gouda es uno de los quesos más consumidos del mundo. Originario de la ciudad holandesa de Gouda, se elabora con leche de vaca y presenta diferentes grados de maduración: joven, maduro o añejo.

El Gouda joven es suave y cremoso, mientras que el añejo adquiere notas a caramelo y frutos secos. Este queso se disfruta tanto en tablas como en cocina, donde se funde a la perfección en gratinados y salsas.


7. Mozzarella (Italia)

La mozzarella es sinónimo de frescura y sencillez. Originaria de la región de Campania, en el sur de Italia, se elabora tradicionalmente con leche de búfala. Su textura elástica y su sabor suave la convierten en la reina de las pizzas y ensaladas caprese.

Aunque hoy en día se encuentra mozzarella industrial en casi todo el mundo, la Mozzarella di Bufala Campana es la auténtica joya, con Denominación de Origen Protegida.


8. Camembert (Francia)

El Camembert comparte similitudes con el Brie, pero tiene personalidad propia. Nació en Normandía a finales del siglo XVIII y se caracteriza por su corteza blanca y su interior cremoso.

A diferencia del Brie, suele presentarse en pequeñas piezas redondas. Su sabor es más fuerte y con notas terrosas. Es un queso que se disfruta mejor a temperatura ambiente, acompañado de sidra normanda o vino tinto ligero.


9. Gruyère (Suiza)

El Gruyère es un queso suizo clásico, originario del cantón de Friburgo. Es famoso por ser el ingrediente estrella de la fondue, junto con el Emmental.

De textura firme y sabor ligeramente dulce y a nuez, el Gruyère madura entre 5 y 18 meses. A medida que envejece, desarrolla cristales de calcio que aportan un crujido delicioso. También es muy apreciado en gratinados y sopas.


10. Feta (Grecia)

El Feta es el queso más representativo de Grecia. Se elabora tradicionalmente con leche de oveja o una mezcla con leche de cabra. Su textura es quebradiza, de color blanco y con un sabor salado y ácido característico.

Se conserva en salmuera, lo que le da una vida útil más larga y un sabor penetrante. El Feta es un ingrediente fundamental en la ensalada griega, pero también se usa en empanadas, pasteles y platos al horno.


11. Gorgonzola (Italia)

El Gorgonzola es un queso azul italiano originario de la región de Lombardía. Se elabora con leche de vaca y presenta vetas verdes de moho que le dan un sabor fuerte y aromático.

Existen dos variedades: Gorgonzola Dolce, más suave y cremoso, y Gorgonzola Piccante, más curado e intenso. Es ideal para salsas de pasta, risottos y como contraste en pizzas gourmet.


12. Emmental (Suiza)

El Emmental es el queso suizo más reconocible gracias a sus famosos agujeros, formados por gases durante la fermentación. Originario del valle del río Emme, se elabora con leche de vaca y tiene un sabor suave y ligeramente a nuez.

Es perfecto para gratinados, fondues y sándwiches calientes. Su fama ha llegado tan lejos que a menudo se le conoce simplemente como “queso suizo”.


Conclusión: el queso como patrimonio mundial

El recorrido por estos quesos nos demuestra que este alimento trasciende fronteras. Cada variedad no solo aporta un sabor único, sino que también refleja la identidad de un pueblo, su clima, su ganado y sus tradiciones.

Desde el Manchego español hasta el Feta griego, pasando por los azules franceses y los duros italianos, el queso es un patrimonio gastronómico compartido que sigue conquistando mesas en todo el mundo.

La próxima vez que disfrutes una tabla de quesos, recuerda que detrás de cada bocado hay siglos de historia, cultura y pasión.

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